La arquitectura internacional ofrece diversos ejemplos de esta actitud. La más espléndida muestra de esta posición la constituyen la arquitectura y el diseño de Frank Gehry (1929), un canadiense apellidado en realidad Goldberg y afincado en California.
Gehry ha desarrollado una obra basada en el ensamblaje artesanal de diversas formas simples -prismas, cilindros, torres, esferas, corredores, etc.- en la cual caducidad y movilidad son términos complementarios.
Su obra constituiría la explicitación de la existencia de un área, la de Los Ángeles, con una clara tendencia a esta arquitectura dúctil, flexible y plástica como el arte.
En una ciudad basada en la movilidad del automóvil, en un contexto en continua mutación, la obra de Gehry arrancó de la explotación de las cualidades plásticas de materiales de .mala reputación, como cartón, alambre, maderas laminadas, telas metálicas, planchas prefabricadas, plomo, estucos semiindustriales, etc. Ello le ha permitido desarrollar una capacidad única en la utilización de los envoltorios arquitectónicos, promulgando una arquitectura táctil, basada en la textura de cada material como todo ornamento y en la variedad cromática como reflejo de las arquitecturas populares.
Su propia casa en Santa Mónica, California (1977-1978) -realizada por fases, como "collage de materiales baratos-, y sus diseños de muebles de cartón (desde 1969) serían una primera muestra de esta vía.
Gehry demuestra cómo en su obra no está reñido este método desarrollado por colisión de volúmenes con la definición de un espacio extremadamente humano y cálido.
En su casa establece una nueva piel que envuelve el edificio existente y en la casa-estudio para Ron Davis (1970-1972) crea un contenedor lleno de espacios y elementos siempre diferentes y laberínticos; recrea la estructura del subconsciente.
Su método, basado por lo general en el choque y deconstrucción de los diversos volúmenes que forman el programa del edificio, le permite conseguir una mayor espontaneidad formal y variedad de usos. Influido por las arquitecturas y objetos populares, Gehry plantea proyectos que sean una fiesta de volúmenes, materiales, texturas, colores y objetos; proyectos en los cuales haya una densidad máxima de referencias. En su obra se manifiesta la colaboración con artistas plásticos como Ron Davis, Claes Oldenburg o Richard Serra y se expresa su simpatía hacia la experiencia de personas como Andy Warhol, Jasper Johns y otros. Algunas de sus últimas obras han llevado su método a resultados sumamente atractivos.
Un clarísimo ejemplo de su proximidad al arte de vanguardia es su intervención en unos antiguos almacenes para reconvertirlos en provisional Museo de arte contemporáneo de Los Ángeles (1983). Con un modesto presupuesto, Gehry realizó una obra que, por su calidad, se ha convertido en permanente.
El proyecto de Camp Good Times en Santa Mónica Mountains California (1984-1985), un complejo no realizado que hubiera alojado niños enfermos, consiste en una serie de edificios dispersos dedicados cada uno a funciones distintas siguiendo diferentes formas simbólicas: olas de agua congeladas sirven para albergar el comedor, el anfiteatro y los dormitorios; el casco invertido de un barco es un porche; hay velas sobre la cubierta de la enfermería; un envase de leche es la cocina; al fondo se vislumbra un molino. Se trata siempre de referencias al agua, a lo líquido, en un lugar tan seco como Santa Mónica Mountains.
Realizado en colaboración con Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen, intentando difuminar siempre las fronteras entre arte y arquitectura, este proyecto se asemeja en su morfología de objetos dispersos a las colecciones de obras y maquetas de Oldenburg. Evidentemente, este mecanismo del *object trouvé" entronca con la tradición del Surrealismo y el Pop Art.
El proyecto para Chiat/Day en Main Street en Venice, California ( 1975- 199 1 ) recurre a un gesto iconográfico: la puerta gigante está constituida por un binocular colocado verticalmente, ideado por Oldenburg, que se refiere a la puerta clásica escoltada por dos columnas.
El reciente proyecto de rascacielos para el Cleveland Tribune (1989) está culminado por un periódico gigante plegado, en espera de que lo que ahora es un gesto sobre la maqueta algún día se convierta en realidad.
Gehry ha sabido crear una vÍa nueva en la que los mecanismos del pop-art nunca degeneran en formas tradicionales sino que siempre renuevan el repertorio formal y significativo.
Gehry ha sido el arquitecto que de manera más convincente ha desplegado una obra arquitectónica que muestra la pérdida de los valores de permanencia y solidez en la arquitectura contemporánea y que se ha situado en las antípodas del ansia de monumentalidad y trascendencia planteado por Louis L Kahn. Gehry también se sitúa en una vÍa nueva que no traba)a a partir de ninguno a priori tipológico, sino que desmembra cada programa, asignando formas a cada función distinta y articulando una estructura común que mantenga viva la fuerza y tensión de unas formas que conservan todas sus posibilidades de crear, evolucionar y vivir.
En definitiva, la fragilidad de la obra de Gehry está relacionada con su artisticidad y con su exploración de la región de lo inconsciente.
Y lo que pretende Gehry es que su obra no sea valorada por los atributos tradicionales de durabilidad o monumentalidad sino que sea capaz de permanecer por el valor que le da el ser considerada una obra de arte y por el sentido que los usuarios le otorgan con su uso, instrumentalidad y satisfacción.
Josep María Montaner: Después del movimiento moderno
Gehry ha desarrollado una obra basada en el ensamblaje artesanal de diversas formas simples -prismas, cilindros, torres, esferas, corredores, etc.- en la cual caducidad y movilidad son términos complementarios.
Su obra constituiría la explicitación de la existencia de un área, la de Los Ángeles, con una clara tendencia a esta arquitectura dúctil, flexible y plástica como el arte.
En una ciudad basada en la movilidad del automóvil, en un contexto en continua mutación, la obra de Gehry arrancó de la explotación de las cualidades plásticas de materiales de .mala reputación, como cartón, alambre, maderas laminadas, telas metálicas, planchas prefabricadas, plomo, estucos semiindustriales, etc. Ello le ha permitido desarrollar una capacidad única en la utilización de los envoltorios arquitectónicos, promulgando una arquitectura táctil, basada en la textura de cada material como todo ornamento y en la variedad cromática como reflejo de las arquitecturas populares.
Su propia casa en Santa Mónica, California (1977-1978) -realizada por fases, como "collage de materiales baratos-, y sus diseños de muebles de cartón (desde 1969) serían una primera muestra de esta vía.
Gehry demuestra cómo en su obra no está reñido este método desarrollado por colisión de volúmenes con la definición de un espacio extremadamente humano y cálido.
En su casa establece una nueva piel que envuelve el edificio existente y en la casa-estudio para Ron Davis (1970-1972) crea un contenedor lleno de espacios y elementos siempre diferentes y laberínticos; recrea la estructura del subconsciente.
Su método, basado por lo general en el choque y deconstrucción de los diversos volúmenes que forman el programa del edificio, le permite conseguir una mayor espontaneidad formal y variedad de usos. Influido por las arquitecturas y objetos populares, Gehry plantea proyectos que sean una fiesta de volúmenes, materiales, texturas, colores y objetos; proyectos en los cuales haya una densidad máxima de referencias. En su obra se manifiesta la colaboración con artistas plásticos como Ron Davis, Claes Oldenburg o Richard Serra y se expresa su simpatía hacia la experiencia de personas como Andy Warhol, Jasper Johns y otros. Algunas de sus últimas obras han llevado su método a resultados sumamente atractivos.
Un clarísimo ejemplo de su proximidad al arte de vanguardia es su intervención en unos antiguos almacenes para reconvertirlos en provisional Museo de arte contemporáneo de Los Ángeles (1983). Con un modesto presupuesto, Gehry realizó una obra que, por su calidad, se ha convertido en permanente.
El proyecto de Camp Good Times en Santa Mónica Mountains California (1984-1985), un complejo no realizado que hubiera alojado niños enfermos, consiste en una serie de edificios dispersos dedicados cada uno a funciones distintas siguiendo diferentes formas simbólicas: olas de agua congeladas sirven para albergar el comedor, el anfiteatro y los dormitorios; el casco invertido de un barco es un porche; hay velas sobre la cubierta de la enfermería; un envase de leche es la cocina; al fondo se vislumbra un molino. Se trata siempre de referencias al agua, a lo líquido, en un lugar tan seco como Santa Mónica Mountains.
Realizado en colaboración con Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen, intentando difuminar siempre las fronteras entre arte y arquitectura, este proyecto se asemeja en su morfología de objetos dispersos a las colecciones de obras y maquetas de Oldenburg. Evidentemente, este mecanismo del *object trouvé" entronca con la tradición del Surrealismo y el Pop Art.
El proyecto para Chiat/Day en Main Street en Venice, California ( 1975- 199 1 ) recurre a un gesto iconográfico: la puerta gigante está constituida por un binocular colocado verticalmente, ideado por Oldenburg, que se refiere a la puerta clásica escoltada por dos columnas.
El reciente proyecto de rascacielos para el Cleveland Tribune (1989) está culminado por un periódico gigante plegado, en espera de que lo que ahora es un gesto sobre la maqueta algún día se convierta en realidad.
Gehry ha sabido crear una vÍa nueva en la que los mecanismos del pop-art nunca degeneran en formas tradicionales sino que siempre renuevan el repertorio formal y significativo.
Gehry ha sido el arquitecto que de manera más convincente ha desplegado una obra arquitectónica que muestra la pérdida de los valores de permanencia y solidez en la arquitectura contemporánea y que se ha situado en las antípodas del ansia de monumentalidad y trascendencia planteado por Louis L Kahn. Gehry también se sitúa en una vÍa nueva que no traba)a a partir de ninguno a priori tipológico, sino que desmembra cada programa, asignando formas a cada función distinta y articulando una estructura común que mantenga viva la fuerza y tensión de unas formas que conservan todas sus posibilidades de crear, evolucionar y vivir.
En definitiva, la fragilidad de la obra de Gehry está relacionada con su artisticidad y con su exploración de la región de lo inconsciente.
Y lo que pretende Gehry es que su obra no sea valorada por los atributos tradicionales de durabilidad o monumentalidad sino que sea capaz de permanecer por el valor que le da el ser considerada una obra de arte y por el sentido que los usuarios le otorgan con su uso, instrumentalidad y satisfacción.
Josep María Montaner: Después del movimiento moderno
No hay comentarios:
Publicar un comentario